SI TENEMOS ASAMBLEAS, ¿GOBIERNO PARA QUÉ?
PARA LIBERARNOS DE LA CRISIS, ACABEMOS CON EL CAPITAL
No creemos en políticos profesionales ni en burócratas sindicales, oriundos de parlamentos y comités de empresa. No soportamos más este macabro espectáculo animado por los medios que crían mayorías silenciosas. No nos ilusiona votar, delegar en otros, ceder nuestra libertad, abandonarla. Nos representarán -nos dicen-, pero en la urna no se dice lo que se piensa, ni lo que se sueña. Nos representarán –nos prometen-, pero sólo quieren robarnos ese espacio de decisión y que consintamos desde la distancia. Hemos aprendido que la democracia es la negación de lo político, la negación de nosotros mismos por unos “representantes”. Es nuestro destierro y en él nos hemos encontrado.
Nos hemos descubierto en las calles, en las ocupaciones y en la huelga. Sabemos que ya nada será igual, no hay vuelta atrás. Cada día creemos más en nosotras y nosotros mismos. Nos hemos vivido, hemos sentido la fuerza que nos dan las asambleas. Nos hemos escuchado, auto-organizado y hemos creado y cada vez somos más conscientes de la fuerza que nos da la lucha como herramienta de transformación real. Sabemos de la pasividad a la que nos someten las urnas y de su producto más acabado: la indignación vacía y la resignación.
Nos quieren hacer creer, aquellos cuyos juegos son ya demasiado viejos y sus barrigas muy gordas, que nada podemos cambiar. Pero somos más y más importantes de lo que creemos, somos imprescindibles para que sus medidas se lleven a cabo. Si les desobedecemos no podrán hacerlas funcionar. Seamos peligrosos. Sólo desde el río de la revuelta, desde ese lugar, podemos sentir la fuerza que acallaron. Es o ¿Ellos o nosotros? ¿su mundo o el nuestro?
Siempre tuvimos razones para luchar. Hicieron de nuestra vida una monótona repetición, nos robaron nuestros espacios y secuestraron nuestro tiempo. El capitalismo penetró hasta sus últimas consecuencias, acaparando el mundo y reduciendo toda la riqueza de la vida a una monetarización obligatoria. Todo es mercancía, los seres vivos y el territorio. Su avaricia abrasa la tierra, tanto como su napalm. Y el planeta entero se revuelve.
Hoy nos sobran muchos motivos más para luchar, sufrimos la gestión de nuestra fatiga: reajustes – reformas – subidas de precios – bajadas de salarios – aumento de impuestos. Progresa nuestra precariedad al compás del desempleo, la gente sin hogar, la exclusión y la pobreza. Nuestros hijos miran al exilio bajo la promesa de un futuro de simple supervivencia. Y la “izquierda” sigue gimoteando por un regreso del estado del bienestar, cuando lo que llaman crisis es el derrumbe del mundo que conocíamos, y al que no queremos volver. ¿Dejamos hacer, decir y gimotear o luchamos? O nos “salvan con recetas” -nos repiten- o vendrá la quiebra, la ruina, el colapso. Su salvación son promesas necrófagas. Para liberarnos de la crisis debemos destruir su economía, lancémonos sobre su cadáver.
No dejemos que se apropien o repriman una vez más nuestra lucha. Hemos dado vida a las plazas de barrios y pueblos con asambleas, palabras, sueños, memorias. Pretenden que lo olvidemos todo, que volvamos cual devoto silencioso a la urna y al voto; piensan poco y piensan mal. Ni grandes ni pequeños, no nos fiamos de ningún partido; los grandes hacen lo que los pequeños todavía no pueden, el tamaño no importa, su estructura es la misma. Frente a esto, defenderemos una organización
anti-autoritaria, sin jerarquías ni vanguardias;
horizontal, en el que la asamblea sea el único órgano de decisión, donde todos/as formemos parte;
autogestionada, que se sustente por sí misma, fuera del sistema y sin la esclavitud del salario. Ya sea de forma autónoma o federada.
El siniestro espectáculo se ha acabado
¿Si tenemos asambleas, gobierno para qué?
Para acabar con la crisis, destruyamos su economía
Contra toda Autoridad, recuperemos nuestra vida
Bloque Anti-Autoritario en la manifestación del 12M
Salida de Cuesta de Moyano a las 18:30