A 35 años del asesinato en prisión de Agustín Rueda

Este mes se cumplen treinta y cinco años del asesinato en la prisión de Carabanchel del militante anarquista Agustín Rueda Sierra. Desde estas líneas queremos recordar su historia, para que el paso del tiempo no nos haga olvidar la muerte de una persona, que como tantos/as otros/as luchadores/as, perdió su vida buscando la libertad.

Agustín nació en 1952 en Sallent, Barcelona. De clase trabajadora, pronto se ve involucrado en las luchas obreras que agitaban los últimos años del franquismo. Organiza asambleas, manifestaciones, grupos de apoyo a huelguistas… lo que le lleva a ser despedido de su trabajo y a pasar, a los veinte años, cinco meses en la prisión de la Modelo tras ser detenido en una manifestación. Tras recobrar su libertad, cruza la frontera francesa y se establece en Perpignan, con el objetivo de dar apoyo a exiliados/as. En un primer momento sirve de contacto entre los/as militantes de la península y los exiliados en Francia, introduciendo en España libros y panfletos libertarios.

En febrero de 1977, Agustín, junto con otros compañeros anarquistas, cruza la frontera por los Pirineos catalanes con explosivos, con la idea de realizar acciones armadas en España, siendo detenidos por la Guardia Civil gracias al trabajo de un confidente de la policía.

Desde su ingreso en prisión, Agustín se organiza en la COPEL (Coordinadora de Presos en Lucha), organización de presos que buscaba la ruptura entre la división entre presos/as políticos/as y comunes y, con la idea de que todo/a preso/a lo es como consecuencia de un sistema político y económico injusto, a través de huelgas de hambre, autolesiones, motines, fugas… pelearon desde dentro de las cárceles por la extensión de la Amnistía concedida a los presos/as políticos/as. Por su papel en la COPEL, y con la idea de que la organización no se extendiera por todas las prisiones de España, Agustín es trasladado a la cárcel madrileña de Carabanchel. Alfredo Casal Ortega, anarquista preso en Carabanchel y torturado junto a Agustín, describe así su llegada a la prisión madrileña: “Agustín se sumó rápidamente a la lucha llevada por la C.O.P.E.L., participando activamente en todas las iniciativas encaminadas a conseguir las reivindicaciones que se exigían al Estado. El clima que en esos momentos se vivía en Carabanchel, era de un auténtico caos. Sin luz, con todas las instalaciones destruidas, y encima con gritos nocturnos fruto de las palizas que los carceleros indiscriminadamente propinaban, con el beneplácito del entonces Director General Jesús Hadad Blanco. En aquellos momentos no existían distinciones entre los presos, conviviendo en un mismo espacio anarquistas, etarras, grapos, los denominados presos comunes, y menores de edad provenientes del reformatorio que estaba siendo transformado; y todos ellos, sin distinciones, se consideraban presos sociales. Con ese panorama de fondo, muchos presos intentaron fugarse, de forma individual o colectivamente, bien a través de los muros o de túneles excavados”.

Así, en un momento de agudización de la lucha en las prisiones y de su consecuente represión estatal, el 13 de marzo de 1978 es descubierto un túnel que desde el comedor de una galería pretendía traspasar los muros de la cárcel. Al no encontrar a ningún preso en el interior del túnel, comenzaron los interrogatorios a los presos más destacados por su trabajo en la COPEL, llevando a siete de éstos a unas celdas en los sótanos donde durante horas fueron brutalmente torturados por carceleros bajo la supervisión directa del director de la cárcel. Tras las palizas, los torturados fueron encerrados en otras celdas. Alfredo Casal Ortega recuerda como “estábamos todos doloridos y escuchábamos quejidos y lamentos provenientes de las otras dos celdas. Recuerdo que pedimos a gritos que viniera un médico, pero no obteníamos respuesta. Agustín tenía todo el cuerpo negro de los golpes recibidos. En un momento dado, (…), me empezó a decir que no sentía los pies. Le empecé a realizar masajes para intentar reactivar la circulación sanguínea, pero era inútil, ya que cada vez la insensibilidad iba en aumento y poco a poco dejó de sentir las piernas. Sobre las tres y media, de rodillas para bajo no sentía nada. Fue el momento en que llegaron los dos médicos de la prisión, llamados Barrigow y Casas, que entraron en la celda y a los que expliqué los síntomas que padecíamos. Sacaron unas agujas largas y empezaron a clavárselas a Agustín en los pies. No había reacción. Fueron clavándoselas cada vez más arriba y cuando llegaron un poco más arriba de las rodillas dio muestras de sentir los pinchazos. De rodillas hacia abajo no sentía absolutamente nada. Los sanguinarios médicos se incorporaron y uno de ellos le dio una patada en las costillas a Agustín, diciéndole: “Eso es de la humedad del túnel”.(…) En las horas que pasaron me dijo en varias ocasiones que sabía que se estaba muriendo. (…) A eso de las diez y media de esa noche bajaron dos desconocidos acompañados de funcionarios carceleros, abrieron nuestra celda y pusieron a Agustín dentro de unas mantas y se lo llevaron a rastras, como si de un objeto se tratase. Nuestras protestas no sirvieron de nada. Sólo nos dio tiempo a apretarnos las manos. Ambos sabíamos que no nos volveríamos a ver. Jamás olvidaré ese momento. Los acontecimientos que a continuación se sucedieron y el rumbo que tomaron, en ese momento nadie se los podía imaginar. Quedábamos seis torturados en tres celdas, y ya sabíamos quienes éramos a pesar de no poder vernos. No sabíamos cuál iba a ser nuestro destino. Pasamos la noche con dolores y con incertidumbre. No sucedió nada y no volvieron a pegarnos. En esos momentos no sabíamos los acontecimientos que estaban desarrollándose en el exterior, y que fueron los siguientes. A Agustín le trasladaron hasta el hospital penitenciario de Carabanchel, que se encontraba dentro del recinto carcelario. Allí acabó de morir esa misma noche.”

En respuesta a la muerte de Agustín y a las torturas sufridas por sus compañeros, se produjeron manifestaciones en Madrid que finalizaron con fuertes enfrentamientos contra la Policía y se convocó una huelga general en la localidad de Sallent ampliamente secundada. Cinco días después del asesinato de Agustín, los GRAPO acabaron con la vida de Jesús Hadad, director general de Instituciones Penitenciarias.

Todos los presos torturados con Agustín, declararon ante el juez de instrucción del caso las palizas recibidas, identificando a los carceleros causantes de la muerte de su compañero. Tras prestar declaración, fueron dispersados por prisiones de todo el Estado, siendo conducidos Alfredo Casal y Pedro García al penal de máxima seguridad de Herrera de la Mancha. Allí, a las pocas semanas de su ingreso, y tras haber declarada cada vez con más detalles sobre los sucesos de Carabanchel, Alfredo comunicó a su abogado que quería retirar su denuncia contra los carceleros de Carabanchel, librándoles de la culpa de la muerte de Agustín. Lo mismo hizo Pedro, lo que hizo sospechar al juez que instruía el caso, por lo que les citó a declarar. El diario El País, recogió en 1980 la conversación entre Pedro García y el juez: “Ante la insistencia de su señoría sobre si eran ciertas las declaraciones que había firmado en su escrito de renuncia, Pedro contestó: «Si yo he hecho cuatro declaraciones en un sentido y ahora escribo otra diciendo todo lo contrario, al poco tiempo de ingresar en Herrera, saque usted sus propias conclusiones, señor juez.» «Bueno, pero ¿son ciertas o no?, quiero que tú me lo digas», insistía el magistrado Luis Lerga. «Sí, claro», respondía Pedro, usted quiere que yo se lo diga, pero después el que vuelve a Herrera soy yo…»”. Finalmente, denunció que las torturas sufridas en Herrera le habían obligado a desdecirse de las acusaciones, lo mismo que declaró Alfredo Casal.

Diez años después de su muerte, la Audiencia Provincial de Madrid condenaba al director de la prisión de Carabanchel, a diez carceleros y a dos médicos a penas de entre diez y dos años de prisión con un informe pericial que señalaba que el preso anarquista había recibido una paliza, “generalizada, prolongada, intensa y técnica“, generalizada porque sólo el 30% de la superficie del cuerpo del recluso no tenía contusiones; prolongada porque “no se hizo en cinco minutos” y fue realizada por varias personas; fue intensa por la potencia de los golpes, que derivó en una pérdida de más de tres litros de sangre, y, finalmente, fue técnica porque no había golpes en órganos vitales. Ninguno de los condenados permaneció en la cárcel más de ocho meses.

Amigo Luís Llorente, que fuiste preso ayer;/ escúchame Felipe; Santiago, entérate:/ bajad de esos escaños forrados de papel,/ que Agustín Rueda Sierra murió en Carabanchel.

 ¿Hay libertad?; ¡Qué libertad!/ Si cuatro de uniforme te empiezan a pegar./ ¿Hay libertad?; ¡Qué libertad!/ Tendido está en el suelo y no contesta ya.

Bonita democracia de porra y de penal;/ con leyes en la mano te pueden liquidar./ Y a aquél que no lo alcanza de muerte un tribunal,/ lo cogen entre cuatro y a palos se la dan.

 ¿Hay libertad?; ¡Qué libertad!/ Lo sacan de la cárcel para ir al hospital./ ¿Hay libertad?; ¡Qué libertad!/ Agustín por buscarla, miradlo como está.

¿Hay libertad? Chicho Sánchez Ferlosio. 1978

 

http://www.todoporhacer.org/a-35-anos-del-asesinato-en-prision-de-agustin-rueda

Charla en Kairós acerca de Agustín Rueda y la lucha por la amnistía

 

[Todo Por Hacer]A la huelga

Por las horas perdidas buscando trabajo, por los madrugones para acudir puntuales a un curro de mierda con un sueldo de risa, por el miedo diario a quedarnos en la calle y con lo puesto, por tanta rabia e impotencia acumuladas, porque nos mean encima y nos dicen que llueve… Quien no encuentre motivos para ir a la huelga el próximo día 14 de noviembre no debe haberse parado a mirar a su alrededor, o tal vez es que se ha tragado hasta el fondo la cantinela de siempre.

Y sin embargo, estamos seguras/os de que ese día, igual que en tantas otras convocatorias anteriores, mareas de gente acudirán como cualquier otro día – o incluso con mayores ganas y a costa de lo que sea, que manda narices – a su puesto de trabajo. Algunos/as lo harán por el miedo (más que justificado en muchos casos) a las represalias, otros/as porque siguen identificando sus intereses con los de sus jefes/as y gobernantes, y otros/as incluso por el desprecio cada vez mayor que sienten hacia los sindicatos que convocan “cuando toca” por su propio beneficio. Excusas tampoco faltan.

Por eso hemos decidido dedicar gran parte del contenido de este número a esa próxima convocatoria de huelga general, a presentar las razones que nos mueven a secundarla, a plantearnos lo que han sido las huelgas históricamente y lo que son hoy en día, y a tratar de buscar el modo de afrontarlas y de hacer de ellas una herramienta útil.

Con esto tampoco queremos dar a entender que pensamos que un día de huelga general por sí solo vaya a ser la solución de nada (es difícil que alguien lo crea a estas alturas). Se trata simplemente de una herramienta más para plantar cara a tantos ataques, para (re)encontrarnos en las calles, (re)descubrir la fuerza que tenemos juntos/as y aprender de ello para continuar la lucha al día siguiente en nuestro curro o en nuestro barrio.

Y esto también lo tienen claro y así nos lo demuestran los/as miles de trabajadores/as de varios sectores que llevan meses manteniendo conflictos abiertos con la empresa, presionando a través de huelgas y movilizaciones conjuntas, como es el caso de las empresas de Metro y autobuses urbanos en Madrid y Barcelona (a las que ahora se han unido también los/as conductores/as de grúas en Madrid), o de los/as trabajadores/as y estudiantes de la enseñanza pública en todo el Estado en este pasado mes de octubre, entre otros/as.

La persistencia y continuidad de las luchas, la visibilización de los conflictos, la coordinación entre afectados/as (sean o no de la misma empresa), son armas que deberían emplearse mucho más allá de un día de huelga, y esperamos que –cada vez más- así sea.

Todo Por Hacer, Noviembre 2012

La educación como arma ideológica

Extraído del Todo Por Hacer de Octubre.

La llegada del otoño marca también el comienzo del nuevo curso escolar, que arranca ya fuerte en cuanto a movilizaciones y posibilidades de conflicto, aunque cierto es que los ánimos de docentes, padres, madres y alumnos/as no andan muy boyantes. Tras finalizar el pasado curso 2011-2012 con una larga retahíla de huelgas educativas, manifestaciones y ocupaciones de centros, y habiéndose alcanzado pocos o ninguno de los objetivos marcados (parar los recortes),  un punto de inflexión es necesario si no se quiere caer del todo en la desidia.

Este nuevo año escolar nos trae, por un lado, los efectos del decreto que aprobó el Gobierno Central el pasado abril. En este sentido, puesto que las competencias en materia educativa están en gran medida cedidas a las diferentes Comunidades Autónomas, son éstas las que tienen la última palabra en cómo implementar estas medidas de ahorro. Los recortes afectan por igual tanto a los profesionales de la educación, profesores/as y resto de personal de los centros educativos, como a los/as usuarios/as de este servicio público. Simplemente por nombrar algunas de estas medias: aumento de ratio de alumnos/as por aula, reducción del presupuesto destinado a becas, becas-comedor y rutas escolares, despido masivo de docentes, aumento del horario lectivo y disminución de sueldo para los/as profesores/as, recortes en servicios para los/as alumnos/as con lo que ellos/as denominan “problemas especiales”, y así un largo etcétera.

Por si fuera poco la subida del IVA ha supuesto un nuevo pellizco a la hora de comprar libros y material escolar, si bien es cierto que los mayores apuros vienen de la mano de las subidas en las matrículas de los centros educativos públicos. Donde más se están notando estas subidas han sido en la Formación Profesional, esa rama de la educación formal de la que siempre se quejan de que es vista como un segundo plato (suponemos que con estas subidas será más atractiva para los/as chavales/as), y en los estudios universitarios.

En el caso de las FP públicas, las matrículas pasan de ser gratuitas a llegar a costar entre 180 y 360 euros dependiendo del grado de la misma y de la Comunidad, estando Cataluña y Madrid entre las más caras. Por otra parte, el decreto de recortes supondrá igualmente para las universidades públicas una liberalización en los precios de las matrículas, dado que se aprobó que los/as estudiantes tuvieran que pagar entre un 15% y un 25% del precio real de sus estudios. El problema ha sido que al no saberse cuál es el precio real de una matrícula (no saben que meter como gastos que ocasiona una carrera: investigación, docencia, laboratorios…) cada Comunidad Autónoma ha aplicado las subidas que ha creído conveniente, desde aquellos que han mantenido los precios (Asturias y Galicia), hasta quienes que han aumentado el valor del IPC anual y otros que han realizado incrementos muy importantes (caso de Madrid, Cataluña, Castilla-León, Valencia y Canarias). A todo ello habría que sumar el aumento en las matrículas que ya se produjeron de la mano del Plan Bolonia (no nos olvidamos de quienes ahora se rasgan las vestiduras desde la bancada socialista), el nuevo reglamento universitario cuyas bondades pedagógicas aún andan en busca y captura.

Y como no, aquí llega una nueva LOE (o LOGSE o LOCE)

Sin embargo, no son estas medidas las únicas que pueblan el debate en torno a la educación. Ya desde la pasada primavera, se viene planteando desde el gobierno central la necesidad de una nueva reforma educativa de calado, el nombre ya se lo han dado, Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE). Simplemente pretendemos hacer mención de algunos de estos cambios, para de esa forma poder extraer (o al menos intentarlo) lo que hay detrás de esta nueva ley.

Uno de los puntos fuertes sobre los que pivota esta “nueva” concepción educativa es otorgar mayor peso a la evaluación en forma de exámenes. De esta manera, los negativos resultados en las pruebas PISA (exámenes que se realizan a nivel europeo a chavales/as de distintas edades) son utilizados como prueba ineludible de un fallo en el sistema, y su solución pasa por más exámenes. De esta forma se crean varias reválidas para poder superar (y recibir el título) de la ESO y el Bachillerato, con lo que desaparece la selectividad, y una vez aprobada la reválida se tendrá que realizar una prueba de selección para matricularse en algún grado universitario (a libre elección de la facultad en cuestión).

En cuanto al problema del abandono escolar, que según los últimos estudios se situaba en torno a un 26% de los alumnos, la solución más directa que se ha encontrado, inexplicablemente, es la separación más tempranamente de los alumnos según sus rendimientos académicos. De este modo con 12 o 13 años ya podrán discriminar entre quienes optarán a una FP, a un grado universitario o simplemente a completar sin pena ni gloria la educación obligatoria. En este mismo camino de la diferenciación docente, también se pretende implementar lo que han venido a llamar autonomía de los centros. La palabra es muy sugerente, pero su significado real no es nada halagüeño, pues lo que se trata es de permitir que ciertos centros se especialicen en la excelencia, procurando a sus alumnos unos servicios y estudios a los que el resto de centros no podrán ni asomarse.

Otro de los puntos clave en esta nueva reforma de la centralización de competencias y gestión a todos los niveles. Por un lado, se pretende aumentar en un 10% el curriculum común a todas las Comunidades Autónomas; mientras a nivel de centro, se está abogando por una disminución en la capacidad decisoria (ya reducida) de padres, madres y profesores (pudiendo pasar los consejos escolares a ser meros órganos consultivos), en detrimento de unas responsabilidades mayores para el director.

Luego estarían otras modificaciones que podrían considerarse menores en cuanto al número absoluto de alumnos/as a los/as que afectará, aunque su trasfondo es bastante siniestro. Este es el caso de la modificación del término “discriminación por razón de sexo”, de forma que se excluya de tal consideración la educación diferenciada de niños y niñas. De esta forma tan sencilla, únicamente dándole la vuelta a las palabras, podrán considerarse como centros concertados (y por tanto recibir dinero público) los colegios que elijan esta vía pedagógica tan, digamos, conservadora. Un giño al lobby ultra-católico que tanto poder atesora en estas tierras.

Contra-reforma educativa y resistencias

Como era de esperar, el anuncio de esta nueva reforma educativa (reforma que parece inherente a cada cambio de gobierno) no ha causado sensación más allá de las filas populares, sino que le han llovido críticas desde sindicatos, asociaciones de padres y madres, partidos políticos de la oposición y otras instituciones educativas. A nadie le convencen los cambios, bueno, mejor dicho, a aquellos/as a los que les convencen no han dicho esta boca es mía. Desde bastantes ámbitos se está tratando esta modificación legislativa como un contra-reforma, como una vuelta atrás de casi cuarenta años. Nosotros/as tanto no diríamos, pues la historia no es lineal y esos regresos al pasado son poco fiables, el capitalismo evoluciona y la sociedad se adapta a sus ritmos. Lo que sí que está claro es que esta reforma (y los recortes que vinieron como vanguardia) es puramente ideológica. Las excusas que nos pondrán serán variadas, que si el fracaso escolar, que si los malos resultados en no sé qué exámenes internacionales, que la crisis económica… pura palabrería. La educación es un arma muy poderosa de adoctrinamiento y aquí nadie quiere desaprovechar la oportunidad. Yendo un poco más allá de los cambios concretos se ven los cambios de fondo importantes, lo que se viene a llamar el curriculum oculto. Lo que acompaña a esta nueva modificación legislativa es una profundización en la cultura de la mano dura y el autoritarismo (lo que llamarán esfuerzo y sacrificio), una apuesta fuerte por el determinismo social (clasismo puro y duro, tus posibilidades educativas vendrán dadas por si tu centro es excelente o no, por si con 12 años has tenido acceso a un buen nivel cultural, por si tus padres pueden pagarte el colegio concertado o te toca ir al centro público guettificado) y por la perpetuación de los valores cristianos.

Pedagógicamente, volvemos a incurrir en más memorización y una nula atención a las diferencias, en cuanto a ritmo de aprendizaje e intereses de los/as chavales/as (si no eres rápido/a aprendiendo, entrarás en el grupo de “los tontos”; que necesita ayuda con la lectura, pues te jodes que sólo hay un/a profesor/a para cada 30; que hay que despertar tus apetencias educativas a través de la tecnología o la plástica, pues más vale que te busques las castañas tu solito/a). Y a un nivel decisorio, cuanto más jerarquizado mejor, ¿qué es eso de que los padres y madres opinen sobre la educación de sus hijos/as?, ¿O que lo hagan los trabajadores/as del centro? ¡Vamos!, a quién se le ocurriría pedir opinión a los/as chavales/as, qué hostias saben ellos/as.

Como era de esperar en este asunto no ha habido debate alguno, ni lo habrá, por mucho que el ministro Wert nos convidara a enviarle emails con nuestras opiniones. Eso solo es papel mojado, los únicos debates reales son aquellos en los que participan y deciden sobre su futuro aquellos/as a los que verdaderamente les incumbe directamente, y eso no nos lo dará el actual gobierno, pero tampoco hay que ser inocentes, tampoco un futurible gobierno del PSOE. Pues si bien es cierto que la reforma educativa que dirige Wert es sustancialmente ideológica, no lo es menos la defensa acrítica y simplona de la educación pública que se hace en gran medida desde muchos partidos políticos de la oposición o sindicatos. Está claro que nos posicionamos en contra de la privatización de la educación, así como de todo cambio que trate de ahondar en una escuela pública más reaccionaria, clasista y pedagógicamente chapucera, pero también dejamos claro que nuestra intención no es servir de ariete de la socialdemocracia en su afán de recuperar el poder perdido (sinceramente, por su nefasta gestión del mismo).

Nuestras críticas a la educación pública comienzan por el mismo concepto de lo público, que para nada se asemeja a lo común, como nos gustaría pensar. Nuestra capacidad de gestión sobre centros, contenidos, metodología o trabajo dista mucho de ser común, de ser de todos/as; sino que está fuertemente dirigida desde las cúpulas ministeriales o autonómicas, desde las editoriales que crean los libros de textos que tenemos que seguir sí o sí, o desde los grupos de presión que marcan temarios y asignaturas. Podríamos continuar por una crítica a unos métodos pedagógicos unidireccionales, basados en el premio-castigo, por una nula comunicación con el entorno social exterior a la escuela, por el individualismo exacerbado que puebla las aulas o por una concepción empresarial de la educación como mera “fabrica de capital humano”.

Es por ello, que nuestra intención es tratar de poner en marcha prácticas que puedan suponer pequeñas brechas en el sistema público educativo tal y como nos lo presentan. Nos parecen interesantes algunas las ocupaciones de liceos (institutos) que se realizaron en Chile durante las protestas educativas del curso pasado, pues se acompañaron no únicamente de paros en la enseñanza, sino que se planteó que el curso debía de continuar, pero que el nuevo rumbo de las clases tenía que cambiar. Profesores/as, estudiantes, madres y padres mandaron a la mierda el currículum impuesto desde el ministerio y pasaron a diseñar las clases según sus necesidades, según sus intereses, según sus ritmos. La experiencia duró lo que duró, pero nos parece de un gran interés, pues plantea la posibilidad de dar la vuelta a los conceptos pedagógicos y organizativos de la educación estatal, probando otros métodos, otras formas de aprender. Esto no es más que una propuesta de las miles que deberemos intentar poner en práctica.

Ahora, igual que entonces, nos toca plantar batalla, tanto práctica como teórica, pues seguimos empeñados en demostrar que las cosas sólo se cambian luchando.

Radicales Libres – Publicación Subversiva desde la Universidad Autónoma de Madrid

Ya está aquí el nuevo “Radicales Libres” la publicación subversiva que nace en algún recóndito sitio de la Universidad Autónoma de Madrid, con el objetivo de romper con el discurso dominante, agitar cabezas inquietas y patear algún que otro trasero inmovilista.

Este número es monográfico en cuanto a temática, la educación, tratando de aportar y enriquecer el discurso subversivo y revolucionario, pero sin que este esté alejado de la realidad y de quienes la conforman. Podremos encontrar los siguientes textos:

-”¡Pero esto qué es!” Introducción a Radicales Libres

-”Bienvenida a la Universidad” Introducción a los últimos ajustes y a los colectivos en lucha

-”Educación¿Pública, gratuita y de calidad?” Aporte teórico a las luchas en educación

-”La esperanza llega a la Universidad” Texto repartido durante el boikot a la visita de Esperanza Aguirre a la UAM

-”Tasas no. Lucha sí” Discurso de un estudiante por la movilización en un acto informativo en la Facultad de Ciencias ante un público de 300 personas

Además de otras cosas que encontrarás al leerlo al completo

*La versión en papel es fruto de una expropiación, si quieres hacerte con uno ya sabes lo que tienes que hacer…¡dínoslo!

¡PINCHA EN LA IMAGEN PARA DESCARGAR!

3 de Septiembre, Esperanza Aguirre viene a la UAM

Esperanza Aguirre ha sido invitada por la UAM al acto inaugural del curso que tendrá lugar en la Facultad de Medicina de la UAM.

Se convoca concentración ante su llegada:

Convocatoria a través de facebook

Día: 3 de Septiembre

Hora: 9:00

Lugar: plaza del hospital , metro Begoña

La esperanza llega a la universidad  

Se abre el telón y aparece una condesa, a su alrededor se sientan los altos cargos de la corte. Todos se encuentran en el escenario, elevado del nivel del suelo, para que quede claro quienes están arriba y quienes están abajo. La condesa ríe, sus vástagos le ríen las gracias y los espectadores se muestran atónitos ante lo que está sucediendo, en estado de shock no saben qué hacer¿Será una comedia?¿Quizás una sátira? Lo que está claro es que a nosotros no nos hace ni puta gracia.
Mientras, nos da la bienvenida a un nuevo curso con toda la fraseología adaptada a las circunstancias; ajustes, sacrificios, esfuerzo, trabajar, crisis…ocultando lo que de verdad está sucediendo; recortes, trabajar más por menos, aprender menos por más dinero, estafa. Acaba su discurso, sus esbirros aplauden y todo seguirá igual.
De todo esto podemos sacar una valiosa lección, ahora ya sabemos quiénes están en la lucha y quiénes no. Rectores, decanos y demás fauna de la alta burocracia universitaria han permitido que esto suceda. A espaldas de su condesa nos dirán que están de nuestro lado, defendiendo la educación de todas. Mienten y así lo demuestran.
Las palabras se las lleva el viento, los comunicados de denuncia también. Lo que queda son los actos y acciones, mientras unas abren de par en par las puertas a la condesa, otras trataremos de cerrárselas. Ya está bien de aguantar el chaparrón, de que se rían de nosotras y nos quiten lo poco que tenemos. No tenemos nada que perder. El curso pasado calentamos motores, este nuevo curso arderán las aulas.
Impidamos que esta farsa comience, pues ya sabemos cómo acaba y no nos gusta un pelo. La esperanza es lo último que se pierde, Esperanza será la primera en perder.
Que nos sientan cerca, que sientan nuestra rabia, que se asusten y no puedan dormir tranquilas. No descansaremos hasta ver satisfechas nuestras necesidades humanas. Hacía la emancipación de la raza humana de la tiranía del capital y sus estructuras de poder.

A la mierda las jerarcas de la universidad y sus jerarquías
Por una educación libre, autogestionada y antagonista

-Incontrolados e ingobernables desde la UAM-